22/10/09

LA GOMERA, DÍA 2 (30/05/09)


Bandera amarilla en el circuito rural de La Mérica.


El día comienza con el grupo arrasando el desayuno del hotel, como no podía ser de otra forma. Hoy es un día duro, con más de 20 km de subidas y bajadas, y puede dividirse en dos tramos.


Primer tramo: Vallehermoso (200 m) - Las Hayas (1000 m)

La caminata empieza a eso de las 10:00 al final de la Calle Triana, donde tomamos hacia la derecha la carretera de Los Loros. El día es soleado (sudor) y hay mucha gente trabajando en el campo. A la altura de Los Chapines tomamos el primer desvío: dejamos por fin el asfalto y nos adentramos en una pista. Si el día está despejado (como sigue siendo nuestro caso) el calor es insoportable, ya que no hay muchos árboles, así que es vital aprovechar lo que se pueda las sombras del camino. Antes del final de la pista está el segundo desvío, otra vez a la derecha, y con el que tomamos el sendero que sube hasta los Risquillos de Corgo, ya a la altura de la altiplanicie del Parque Nacional de Garajonay. El sendero discurre al principio entre bosques y estaba bastante mal cuidado, lleno de matorral y cardos. Supongo que la primavera y la falta de tránsito son los culpables[1]. El tramo final de la subida se realiza por la laurisilva del Parque Nacional, ya por sendero ancho y limpio ¡cómo se notan los galones! Las mejores vistas de la subida las tenemos al coronar los Risquillos de Corgo, tanto por la belleza de La Gomera como por saber que ya no tenemos que subir más.

Vista del barranco del Valle desde los Risquillos de Corgo, a 1050 metros de altura. A lo lejos el mar, con Vallehermoso y el Roque Cano marcando nuestra salida. Se aprecia el cambio de vegetación, cada vez más densa según se gana altura.
Si hacemos un zoom...

… podemos ver una panorámica mejor de Vallehermoso.

Tras disfrutar de las vistas continuamos nuestro camino hacia Las Hayas, que la hora de comer se acerca y el desayuno lo dejamos a media ascensión. Rápidamente llegamos a un tramo de carretera. Las indicaciones en este punto son para los coches, no para los senderistas (genial), así que la “pista a la derecha: Las Creces” que marca la señal está, en realidad, unos 150 metros más adelante. Esta pista nos lleva sin problemas a Las Hayas tras pasar por el merendero de Las Creces. El camino es amplio y muy concurrido (hay quien se va encontrando a conocidos), así que no hay forma de perderse.

Y finalmente llegamos a Las Hayas, justo detrás de su Ermita. El hambre ya es atroz y tenemos que encontrar el restaurante La Montaña: desde la Ermita seguid de frente hasta la carretera y tomad sentido descendente. Tras una curva en herradura...¡ahí está![2]. A pesar de su nombre este restaurante es conocido por todos como Casa Efigenia, y es todo un clásico en las visitas a La Gomera. Nos sentamos, pedimos unas cervezas a Tronco-chan, el asiático camarero del lugar, y le preguntamos sin mucho éxito por la carta. Ante nuestra insistencia, y dado su nulo conocimiento del castellano, decidió llamar a la mismísima Efigenia, la cual nos explico muy amablemente que ella, la Reina de la Montaña, sólo servía gofio y verduras. Sólo gofio y verduras. Eran las 14:00, demasiado tarde para salir de allí en busca de algo de carnaza capaz de recuperar lo perdido en la dura subida, así que comimos sólo gofio y verduras. Todo muy rico, pero ¡gofio y verduras! Aún tiemblo al recordarlo...


Segundo tramo: Las Hayas (1000 m) - Valle Gran Rey (nivel del mar)

Tras la comida de rápida digestión comienza el segundo tramo del día. El camino comienza justo enfrente del restaurante y nos llevará hasta el mirador del Santo, pasando por Acardece (que no es poco[3]) primero y por Arure después. Este trayecto transcurre casi siempre por asfalto y rodeados de palmeras y monte bajo, siendo lo más destacado de la fauna local las crías de motorista casero y los osos hormigoneros[4].

Fotoresumen del camino entre Las Hayas y el mirador del Santo: asfalto, palmeras, monte bajo y parcelas a ambos lados del camino. Un transito no muy espectacular pero necesario.

Ya en el mirador del Santo nos tomamos un descanso: las vistas del barranco de Taguluche son espectaculares y estuvieron amenizadas por la música del guateque que se estaba realizando en el propio Taguluche, 700 metros debajo nuestra: o la acústica del barranco es primorosa o la música estaba un poco alta.
Sobre el horizonte del barranco de Taguluche se dibuja el perfil de La Palma.
No apto para aquellos con problema de alturas, sobre todo cuando te alejas del mirador y ves que su parte inferior es un local a medio construir.
Momento de relajación en el mirador del Santo. Nuestras caras no reflejan el cansancio de la extenuante jornada, sino el recuerdo del gofio y las verduras.

Nuestro camino continúa por el llano del Pedregal hasta llegar a La Mérica:

Fotoresumen del paseo por el llano del Pedregal. A la derecha: caída de 600 metros. A la izquierda: caída de 600 metros. Al frente: terreno yermo. Por todos los lados: las cabras.

La cabra de Dorada vigila nuestros pasos. Normal que el primero que se cae en una excursión no se libre nunca de pagar la primera ronda.
El Barranco de Arure desde lo alto. Valle Gran Rey es una mancha blanca en el azul del mar y... ¿qué ha sido ese ruido? ¿No era el timbre de un microondas? ¡Corred, insensatos!
Huyendo de las cabras llegamos a La Mérica[5], un altiplano a unos 700 metros de altura al final del risco de Perico. La retransmisión de los hechos por parte de Antonio Lobato habría sido más o menos así:

"¡¡Bandera amarilla en pista!! Ya lo han visto durante la publicidad: salida de pista del Super Aguri de Takuma Sato en la entrada a la curva 8 del circuito rural de La Mérica. Se ha empotrado contra las protecciones y ha conseguido sacarlo de nuevo al trazado pero... ¡tiene la parte trasera izquierda destrozada! Ha dejado la pista llena de trozos de carbono. Veamos la repetición... sí, se le va de atrás. Llevaba superblandas y seguramente el gremlin le ha hecho deslizar, da un volantazo pero no puede hacerse con el control antes de tocar la grava. Aún así parece que podrá terminar la carrera y pagar una ronda a los demás corredores..."

Bandera amarilla en pista.
Takuma Sato (Adriana) se duele del golpe que ha destrozado la parte trasera izquierda de su Super Aguri.
El puerto de Valle Gran Rey, final de la etapa, se ve a lo lejos.

La bajada desde La Mérica desde el puerto de Valle Gran Rey. El orden de llegada a meta fue:

1. Massa (yo mismo)
2. Button (Juan) + 0.567s
3. Alonso (Jairo) + 5.123s
4. Karthikeyan (Norberto) + 1 lap
5. Sato (Adriana) + 1 lap

Y por fin llegamos a Valle Gran Rey! Nos alojamos en los apartamentos Baja del Secreto, donde al día siguiente disfrutaríamos de una mañana de Sol y piscina (teníamos la piscina natural del Charco del Conde justo enfrente el hotel, pero nuestra alta vaguería y la marea baja decidieron por nosotros). La cena, para compensar el gofio y la verdura de la comida, fue a base de carnaza. Tras saciar al carnívoro de nuestro interior buscamos algún sitio abierto para tomar algo, aunque sin mucho éxito: volvimos al hotel y celebramos mi cumpleaños como mejor sabemos, a base de rones.

La vuelta a Tenerife fue, esta vez sí, en ferry. El trayecto Valle Gran Rey – Santa Cruz de Tenerife cuesta unos 35 € (20 € con descuento de residente) y se tarda unas 3 horas: 1 hora y 40 minutos hasta Los Cristianos en ferry, más una hora y media en autobús hasta Santa Cruz (incluido en el billete). En el viaje en ferry se puede disfrutar a duras penas de la costa de La Gomera, ya que por alguna razón casi todos los cristales son traslúcidos y no permiten ver el exterior. Finalmente, y tras la parada técnica en el puerto de San Sebastian, LaGOMITA09 se despide de La Gomera, esa verde isla con forma de flan.


Día 1 (29/05/09)LA GOMERA

[1] Con lo nuevos tiempos eso de irse al monte a practicar carnales excursiones está cayendo en desuso por parte de la muchachada de los pueblos. Y nuestros senderos lo notan.

[2] Esta sencillas indicaciones son el fruto de 20 minutos de mapeado de la zona por parte del grupo, cuyos integrantes ya empezaban a mirarse con ojos golosos. ¡Un aplauso para nosotros!

[3] Chorrada homenaje a esa gran película de humor absurdo español, “Amanece, que no es poco”.

[4] Cada casa de Acardece (que no es poco) y Arure tenía uno en su patio, siempre preparado para hacer la mezcla precisa en ese hocico tan característico.

[5]O a La Merca, La América, El Marca,... prácticamente se puede encontrar un nombre diferente para este lugar en cada folleto, indicación o mapa que mires.

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