20/2/07

PARIS, DIA 3 (04/11/2006)

Teoría de colas: axioma de Moulin Rouge

Un maravilloso día amanece en París. Todos los turistas se levantan pronto para aprovechar la mañana y disfrutar de la belleza de la antigua capital de la cultura mundial[1]... ¿todos? ¡ todos no ¡ Un par de españolitos se lo toman con tranquilidad antes de saludar a la ciudad. ¿Su objetivo? ¡ Subir a la Torre Eiffel !
La visita del día anterior nos permitió disfrutar de la mole de metal al atardecer y comprobar sus magnificas colas, con la mala suerte de que el tercer nivel estaba cerrado (la torre tiene tres niveles, en las fotos se ven bastante bien). Por eso decidimos dejar para el segundo día la ascensión. Esta vez el viaje fue en el cómodo metro y en poco tiempo nos situamos al final de una de las colas, siguiendo el primer postulado de la teoría de colas[2]. Y esperamos. La espera fue de unos 45 minutos aprox. con un desembolso de 11.50€ para subir a lo más alto de la torre (para los otros niveles el precio es menor y también se puede subir andando. El mundo está lleno de valientes e insensatos). El ascensor nos llevó primero al segundo nivel, donde tuvimos que esperar de nuevo para ascender al tercero. Otros 45 minutos de espera. Pero, como casi siempre, la espera merece la pena. La subida en el ascensor hasta el tercer nivel es tremenda, ya que es acristalado y puedes ver como te alejas del suelo a toda velocidad y como la estructura de la torre es cada vez más pequeña... ¡ no apto para gente con vértigo !
Una vez arriba la vista es... bueno, juzgar vosotros mismos.

El Trocadero
Este curioso edificio fue construido para la exposición internacional de 1937 tras demoler el palacio que se levantó para la feria mundial de 1867. Moraleja: En París solo se preocupan de construir algo cuando el resto del mundo mira.

El Sena y la estatua de la libertad
Casi no se puede ver en esta foto, pero al final de la isleta en medio del Sena se puede ver el prototipo de la estatua de la libertad de USA, que fue un regalo de Francia a NYC en 1886 para demostrar lo “amiguitos” que eran. Curiosamente las dos estatuas se están mirando una a la otra. Años más tarde USA le regalaría Francia una replica de la antorcha de la estatua. Generosos.

El arco del triunfo y la gran ciudad
En medio de la maraña de calles, coches, casas, tiendas, gente, animales, plantas y minerales se alza, enorme, el arco del triunfo. También podemos contestar a la mítica pregunta ¿de que color es París? París es blanco y está enfocado con menos de tres rones encima.

Tras pasar un buen rato en lo alto de la torre decidimos que era hora de volver a suelo firme. Esta vez no había colas, y la bajada buen rápida y eficaz, aunque no lo disfrutamos tanto[3]. Antes de ir a comer a casa de Carla (reverencia) hicimos un alto en otro de los edificios emblemáticos de París: Les Invalides. Este edificio fue construido por Luis XIV para dar cobijo a los pobres tullidos de guerra que se quedaban sin hogar. Más tarde fue mausoleo (en el se encuentran los restos de Napoleón) y ahora alberga un museo de la armada. Una vida llena de cambios la del pobre edificio.


Tras un rato de no hacer nada y disfrutar de las vistas y el Sol, que andaba en lo más alto del horizonte, fue hora de ir a casa de Carla (reverencia) a comer. Ahora que era de día pudimos disfrutar mejor del patio interior de la casa y de todos sus encantos.

Comida y descanso reparador nos prepararon para el siguiente reto de la tarde: visitar la exposición de Robert Doiseneau que había en el Hôtel de Ville, también conocido en castellano como ayuntamiento. María es una gran admiradora de este fotógrafo, y cuando nos enteramos de que había una exposición gratis[4] a escasos 15 minutos andando de la casa de Carla (reverencia) la visita era obligada (bueno, si la exposición hubiera estado a una hora en burra la visita habría sido también obligada). A las 17:30 de la tarde nos situamos a la cola de entrada, con tiempo suficiente porque la exposición cerraba a las 19:00 ¡ O al menos eso creíamos ! Los previsores franceses, para dar tiempo a que todo el mundo que entre vea la exposición tranquilamente, pusieron la última entrada a las 18:15 y, como estareis imaginando, no nos dio tiempo a entrar por 10 personas, sufriendo la excepción del tercer postulado de la teoría de colas[5]. ¡ Un desastre ! Pero lo importante es no desfallecer y el lunes lo intentaríamos de nuevo, esta vez con más tiempo.

Mientras esperábamos en la cola Carla (reverencia) se nos unió en la espera y, tras quedarnos fuera, decidimos visitar Montmartre, que yo conocía por ser donde vivía, trabajaba y soñaba Amelie Poulain. Optamos por el metro y unos transbordos después estábamos en las escaleras de subida a la “basilique du Sacré-Coeur”, deslumbrante por la noche. Carla (reverencia) nos contó el insulto que es la basílica para la arquitectura como arte, ya que es una mezcla de todos los estilos inventados hasta la fecha de su construcción. A mi me pareció curiosa, pero me daba la sensación de que, efectivamente, algo no encajaba en la construcción: arcos románicos en pilares góticos, planta cuadrada, estatuas ecuestres...


Luego pasamos un rato en un bar de la zona, en el cual volvimos a sufrir la maldición de la “happy hour”. Esta vez el problema fue nuestra velocidad, ya que pedimos las cervezas a las 19:55, y los descuentos empezaban a las 20:00 (por supuesto eso lo descubrimos después). Tras eso buscamos sin resultado el bar de Amelie y acabamos en el Moulin Rouge. La calle en la que estaba el cabaret es impresionante, llena de sexshops, espectáculos de variedades, clubs de alterne y cabinas a módicos precios (hasta 1€ en algunos casos). Neón y sexo por todas partes[6]. El sitio indicado si queremos descargar tensiones tras un arduo día de trabajo o si queremos comenzar una bella historia de amor repleta de intrigas y actuaciones musicales.


El resto del día fue como un sábado típico de vacaciones en París. Cena, su poquito de botellón patrocinado por Arehucas (ron canario de moda llevado como presente) y salida por los bares y locales de la zona de Bastilla... ¡Qué os voy a contar que no sepáis[7]! Por esa razón, y para no repetirme, solamente diré un “hasta mañana”.


[1] Como todos sabemos eso fue en el siglo XIX, cuando Francia era la primera potencia mundial y lo más chachi era ser bohemio en el Moulan Rouge (mi fuente es la reseña de la película, perdonad que no me digne a visitar la wikipedia). Tras un par de invasiones alemanas, New York tomó el relevo como capital cultural del mundo-menos-Rusia. Si es que estos artistas no tienen aguante.

[2] Primer postulado de la teoría de colas: “Toda cola es válida como vía y el tiempo de espera es el mismo en cualquiera de ellas”. Por tanto, la velocidad de una cola es puramente psicológica y lo mejor es escoger una al azar y no mirar nunca jamás las desechadas.

[3] Segundo postulado de la teoría de colas: “El trabajo realizado al estar en una cola es siempre igual a cero”. Por tanto, si estar en una cola no es trabajo ha de ser, por eliminación, tiempo de ocio y disfrute: hacer cola es divertido y deberíamos estar agradecidos a los bancos, a los parque de atracciones, a las oficinas del paro y a la seguridad social.

[4] ¿Puede haber algo más excitante y divertido para un español que disfrutar de cualquier cosa que sea gratis? Si existe hacédmelo saber para poder hacerlo sin pagar. Y por cierto, aunque sea gratis puedes quejarte, exigir y sentirte estafando y ofendido (quiero mi anime gratix).

[5] Tercer postulado de la teoría de colas: “Toda cola conduce, de forma univoca, a un punto en el espacio, pero no en el tiempo”. Hay que joderse.

[6] Teoría de colas, axioma de Moulin Rouge: “Si eres macho... ¡¡menea tu cola con brío!!”. Y no seré yo el que contradiga una teoría tan sólida y llena de fundamento.

[7] Resumiendo, “Salir, beber, el rollo de siempre, meterme mis rayas, hablar con la gente, llegar a la cama y joder que guarrada sin ti.... y al día siguiente...” Grande Extremoduro.

1 comentario:

Kaoru Chan dijo...

Jooooo que he mirado por curiosidad y me encuentro con más crónicas!weeeeeee
Lo que has escrito hoy me ha encantando 100%, no significa que lo anterior haya estado aburrido, al contrario, es solo que has mostrado y hablado sobre la bohemia en Paris y me parece fantástico. La vista es impresionante en la Torre Eifel,se ve la cuidad en todo su esplendor,sin contaminación, la arquitectura es simplemente exquisita, adoro esos lugares donde hasta el edificio más insignificante tiene algo de historia. Lo del Moulin Rouge me sorprende, creí que era más guay,pero supongo que eso solo se puede apreciar estando ahí mismo^^.

Las fotos que has sacadado siguen dandome una envidia tan grande que juro que si estuvieras cerca mio te pateaba el trasero xDD.

Una cosa que acotar con respecto a las colas : por qué siempre habrá gente desconocida que te busque conversación?? o se hacen los chistosos o simplemente es gente que anda busando amigos =)

Bueno.... disfrute leyendo (y mi envidia tambien) asi que sigue poniendo más que la cosa recién empieza^^

Besiños y un fuerte abrazo-saca-ojos-y-gases XD
Chauuuuuuuu ^________^