18/2/07

PARIS, DIA 1 (02/11/2006)

No es avión todo lo metálico que vuela y hace “burrun burrun”

O quizá si. El día comienza demasiado pronto. A las 6 de la mañana. Una hora a la que me he acostado demasiadas veces y a la que nunca me había levantado. Esa noche dormí en casa de María, ya que el avión salía a las 7:50 y era mejor no empezar desperdigados. Este fastuoso plan nació el día de resaca anterior... ¿de quien fue la brillante idea de hacer festivo un miércoles? Aún así estábamos más lúcidos de lo esperado y algo tan fútil como “¿Por qué no te llevas el saco de dormir?” tendría consecuencias inesperadas para mi espalda, riñones y sistema fonador.

El viaje comienza como todos los viajes: con nervios y esa sensación de “mierda, me estoy dejando algo seguro”. El taxi nos recoge a tiempo y llegamos sobrados al aeropuerto de Tenerife norte: seguro de niebla, mal tiempo y acojone. Logramos pasar todo lo que teníamos (dos maletas, dos mochilas y el saco) como equipaje de mano, algo que el dios de la facturación nos haría pagar con creces.

2:30 horas después (3:30 incluyendo el jet-lag) aterrizamos en la Terminal 2 de Barajas en Madrid y esperamos, entre sudoku y sudoku[1], nuestro enlace hacia Barcelona. 45 minutos de viaje y una nueva espera, esta vez algo más larga, hasta que tomamos el avión hacia París. En esta ocasión si toco facturar, pero esta ofrenda llegaba demasiado tarde. El castigo divino estaba en marcha...

Otro rato de avión y, por fin, París aparece iluminado al fondo. Divisamos la Torre Eiffel y el arco del triunfo... ¡¡ si si si, nos vamos a Pagüís !! Una vez que teníamos nuestros equipajes la misión era clara: llegar al hotel. María me sorprendió gratamente (y a ella misma también) chapurreando algo que parecía francés. Al menos la gente autóctona lo entendió como tal, y nos permitió saber que autobus coger desde el aeropuerto hasta la ciudad (8.50€) y luego allí que línea de metro tomar. Además, durante el trayecto en autobús, María charló animadamente con una amable señora francesa que nos dio[2] un par de consejos muy útiles.


El autobús nos dejó cerca de la Ópera Nacional de París (a la derecha en la foto) y del centro comercial Lafayette. En la foto, además, podemos ver como la policía venía siguiéndonos. Nuestra fama nos precede y eso mola.

En esto ya empezamos a sentir el frío de París, pero también su belleza nocturna (y no me seáis mal pensados... aún). Muestra sin parangón de este sentimiento es mi careto y mi pose, para nada premeditados ni desarrollados especialmente para esta foto.

Un tranquilo viaje en metro y un agradable paseo en plan “quiero llegar ya” nos condujo al afamado hotel Venise, donde nos alojaríamos esa noche. El hotel era majete y la habitación no muy grande, lo necesario para pasar una noche. Si, una noche, por que finalmente Carla, la amiga Erasmus de María, nos dejaba quedarnos en su casa el resto de los días: grata compañía, ahorro en alojamiento y guía de París... ¡Un tres en uno en toda regla !

Cenamos pasta típica francesa en un restaurante típico francés (sobre todo por los precios) donde descubrí por primera vez el amor irracional de María por la palabra “voilá”[3] y que a las 23:00, en París, cierran los restaurantes (al menos los respetables con pinta de tapadera de la mafia).

Conciliamos el sueño con la versión chunga en francés de “Las seductoras” a la espera de un nuevo y reconfortante día de turismo.


[1] Carlos hace un sudoku. Y el sudoku está bien. María hace el mismo sudoku de forma distinta. Y el sudoku está bien. Pero nunca sabremos cual fue la solución que publicó el periódico al día siguiente. Moraleja: cuando uno está tanto tiempo en un aeropuerto hace importantes las cosas más sencillas de la vida. Gracias por estos momentos trascendentes, tráfico aéreo deficiente.

[2] Donde “nos dio” significa “le dio a María y luego María me informaba a mi”. Durante todo el trayecto estuve pescando (expresión chicharrera que significa “no enterarse de nada”).

[3] Lease “buala”. ¿Por qué se escribe de una forma y se dice de otra completamente diferente? Supongo que una forma de impedir que los que no sabemos el idioma seamos capaces de leerlo correctamente de primeras, logrando localizar al malvado extranjero invasor rápidamente.

1 comentario:

Kaoru Chan dijo...

Weeeee!!
Hasta que por fin me entero de algo de ese dichoso viaje!!
¡¡Enhorabuena por el nuevo blog !!
Por fin tendremos donde venir a cotillar sobre tus viajes y locuras que haces durante ellos *^^*

Me diverti mucho leyendo e imaginando las cosas que narrabas, pobre María, vaya paciencia que debe tener para aguantar a un simio loco como tú xDD (es broma, ya sabes)la foto uhmmm...no sé por que no cuela de que no fue pose a propósito xDD, aunque debiste poner más fotos mardito!! mira que desde nov que estamos esperando por ver las maravillas de Paris y tú solo pones tres fotos x_x
Al menos el relato lo compensa =)

Besiños y a seguir escribiendo como un locoooooooo

Animos amigo^^
Un abrazo-gigante-saca-ojos-y-gases desde la distancia xDDDDD