17 de abril 2011, Mónaco
A pesar de estar cerca de Marsella (230 km), la Côte d'Azur es escarpada y sinuosa, haciendo que el viaje en tren hasta Mónaco sea de unas tres horas con transbordo en Cannes/Niza incluido. Como comparación, el viaje en TGV hasta París, a unos 800 km, es también de tres horas. La ventaja es que, al venir desde lejos, uno se asegura un asiento ante la avalancha de personas que toman el tren en las últimas estaciones: sin duda pernoctar en los alrededores de Mónaco o Niza es más económico que en estas exclusivas ciudades.
A la salida de la estación de tren llegamos al distrito de La Condamine, también conocido como “El puerto y alrededores”[2]. Mónaco es el segundo país más pequeño del mundo y está dividido en diez distritos, además de ser el país con mayor densidad de población. Algo evidente cuando nos vemos rodeados de bloques de pisos que, cabezones, escalan las escarpadas pendientes que rodean la ciudad y la hacen una bahía natural excepcional. Sin embargo, y salvo honrosas excepciones, estos bloques son sobrios, visten horrorosos toldos de colores y nos hacen preguntarnos dónde está el supuesto lujo de la ciudad... ¡mira un Ferrari! ¿Y ese Lamborghini? Aunque aquel Mercedes tampoco está mal. ¿Y has visto esos yates y veleros? Vale, creo que ya he encontrado el lujo.
Estatua en honor a Juan Manuel Fangio[3], piloto argentino 5 veces campeón del mundo en la década de los 50 y que ganó dos veces en Mónaco. A la derecha se alza el Palacio de los Príncipes, antigua fortaleza Genovesa que data de 1191 y desde donde se disfrutan de las mejores vistas de la ciudad. Sin embargo, y por falta de tiempo, tuvimos que dejar su visita en tareas pendientes. Pd: La cara de velocidad es exclusiva para la ocasión. |
… surcar volando las costas monegascas con su jetpack propulsado por agua. Una excentricidad que a todos nos gustaría comp... ¿qué? ¿más de 60000€? Que a todos nos gustaría recibir como regalo. |
La mítica curva Loews. Aquí es donde los coches de F1 van a “sólo” 50 km/h. Pero los Ferrari están hechos para el asfalto y los flamantes coches deportivos se dedican a recorrer el circuito urbano cada día[4]. Las escaleras del fondo nos llevan hasta el distrito más famoso de la ciudad. |
Tras la visita al casino dejamos atrás el circuito urbano para adentrarnos en el paseo marítimo de Mónaco. Aquí se encuentra “The Campions Promenade”, una especie de paseo de la fama donde los futbolistas veteranos premiado con el “GoldenFoot” dejan su huella. Además encontramos modernas plazas con extrañas fuentes, lujosos hoteles que sólo podemos admirar desde la lejanía y la playa de Larvotto, lugar ideal para comer un bocadillo y recargar fuerzas antes del último trecho hasta el club de tenis. |
La entrada al Monte Carlo Country Club. Las banderas de Mónaco hondean junto a la del país del actual ganador del torneo. La española lleva ya seis años seguidos ahí, sufriendo las inclemencias del tiempo[7]. |
[1] Aunque compramos las entradas con un mes de antelación, la presencia de Nadal era segura salvo monumental sorpresa tras seis años consecutivos ganando en Mónaco. Que otro español, David Ferrer, también llegara a la final justifico aún más que ese día luciera la camiseta de España.
[2] Las denominaciones alternativas de los distritos presentes en el texto no son oficiales, aunque sin duda son más ilustrativas y ayudan a la visualización de la ciudad.
[3] Esta es una de las cinco estatuas en su honor que hay repartidas por el mundo ¡no pierdas el tiempo y hazte con todas!
[4] Tras ver varios coches deportivos recorriendo el circuito una y otra vez y a sus conductores aprovechando la más mínima recta para forzar el motor llegué a la conclusión de que debían ser coches de alquiler. Los ricos de verdad estarían en ese momento perdiendo el tiempo en su yate.
[5] Aunque la publicidad se empeñe en llamar a todo “playas” y así lo parezcan en la imágenes aéreas, la Côte d'Azur está plagada de zonas de costa aptas para el baño. No esperéis encontrar arena fina, sino cantos de reducido tamaño: a la erosión aún le queda bastante trabajo por hacer. Pd: las chanclas siempre serán bienvenidas.
[6] Muchos llegaban en autobuses gratuitos desde Mónaco o andando, ya que las zonas de parking cercanas estaban reservadas. A una de ellas llegó una atractiva mujer con su carísimo Mercedes preguntando si podía aparcar, pero el guardia de seguridad le dijo que no era posible. En este exclusivo parking se podía ver estacionado un flamante Renault 5. Fuck yeah!
[7] Durante la entrega de los premios la bajaron para, acto seguido y mientras sonaba el himno, volverla a subir. Espero que cada par de años aprovechen para cambiarla por una nueva, que va a terminar descolorida.
[8] Nada más entrar en Francia, en el paseo marítimo, había dos reventas intentando colocar sus últimas entradas. Parece ser que no tuvieron mucha suerte.
[9] Por eso es importante ir al servicio antes del partido: salir o entrar a las gradas sólo está permitido durante los descansos de los jugadores, cada tres juegos.
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