Pero antes de ese fantástico momento María y yo teníamos por delante muchas horas de vuelo, un transbordo y, además, el castigo divino del díos de la facturación que nos fue impuesto en el comienzo del viaje.
El día 6 de noviembre de 2006 entra en vigor la nueva normativa europea sobre equipajes de mano. Esta normativa prohíbe llevar líquidos, medicamentos, cremitas y otras muchas cosas en el equipaje de mano. Debido a nuestro estado de somnolencia extrema, María y yo somos incapaces de procesar estas restricciones y nos dirigimos al control de seguridad del aeropuerto Charles de Gaulle con el neceser en la mochila. ¿Consecuencia? Revisión de equipaje y una única solución posible si queremos salvar nuestras cosas: facturar de nuevo una de las mochilas[1]. Esto, sencillo sobre el papel, implicaba salir del aeropuerto y recorrelo de nuevo[2]. Además, solo quedaban 15 minutos para embarcar. Aún así nos sobrepusimos y logramos pasar de nuevo el control de seguridad, esta vez sí, sin infringir ninguna normativa con menos de 48 horas en vigor. Y esto hace que nos relajemos demasiado. Y tomamos un café y leemos la prensa. Y, llegado cierto momento, decidimos acercarnos a la puerta de embarque.... ¡Qué sorpresa el ver que no hay nadie esperando y solo están los operarios del vuelo con cara de preocupación y cabreo, mitad y mitad! En ese momento, y solo en ese momento, miramos el reloj y nos damos cuenta: ya pasan 20 minutos de la hora prevista de la salida del vuelo. Corremos, pedimos disculpas y aguantamos como podemos las miradas asesinas de “es por vosotros que vamos con retraso” de los demás ocupantes del avión. No les culpo, yo habría puesta la misma mirada.
El viaje hasta Barcelona pasa sin más sobresaltos y nos preparamos para una larga espera. En ella solo puedo destacar dos cosas: la primera, que María extravió, de forma inexplicable, su tarjeta de embarque tras pasar el control de seguridad. Si esto le sucede a alguien alguna vez podéis estar tranquilos, ya que una vez en ese punto solo hace falta enseñar el DNI en la puerta de embarque para poder subir al avión.
La segunda es que, en la tradicional visita a los quioscos del aeropuerto, encontré un libro que estaba esperando desde hace casi un año: “La puerta de Ptolomeo”, de Jonathan Stroud[3].
La llegada a Tenerife es, extrañamente, normal. Ningún contratiempo, ninguna anécdota. Solo el deseo de llegar a casa y descansar. La visita a París había sido muy intensa, llena de grandes momentos, y ahora tocaba recuperar fuerzas... para el próximo viaje. ¿Me acompañas?
[1]Llegamos a esta conclusión despues de que los agradables señores de seguridad me retiraran todas mis cosas sin dejarme decir nada, ya que no nos hablaran en inglés, y María, haciendo un esfuerzo en francés para evitar que le tiraran todo el neceser, lograra sonsacarles que se podía volver a facturar para salvar nuestras cosas. Una demostración más de que la autoridad acaba nublando la razón.
[2]El aeropuerto tiene forma espiral: se entra por abajo y se van subiendo niveles... sin vuelta atrás. Así que la única forma de refacturar es abandonando el aeropuerto, volver al primer nivel, sortear de nuevo todos los mostruos de final de fase y acabar con el malvado "cacheador de seguridad". Esto nos pasa por no salvar la partida...
[3]En este libro, último de una trilogía, aparece el gran Bartineo, el doctor House de los genios. Además, el sistema de anotaciones al pie es un tributo (copia es una palabra muy fea y muy penada por la ley) a esta obra. Genial, ¿verdad?
1 comentario:
Ainsss, que lástima que terminaran tus aventuras por ese lindo país T_T
En cuando a lo del "contratiempo" en el aeropuerto...no me entere de mucho ><.. no sé de que va eso de cobrar factura por esas productos.
Y la verdad es que aprendi y conoci mucho gracias a estas crónicas que has narrado de manera espectacular, además las fotos están preciosisimas! ha sido un gran acierto el haber empezado esto, ya esperamos por la siguiente aventura *^^* asi que más te vale no tardar o estare molestandote por msn xBB
Un abrazo gigante y muchos besis desde estás lejanas tierras ^__________________^
Publicar un comentario