3-4 de mayo 2005, Toulouse
Uno de los inconvenientes de no viajar a grandes capitales es el precio. Ir desde Tenerife a Toulouse en avión era demasiado caro, así que los jóvenes integrantes del proyecto decidimos ir en avión hasta Barcelona y allí alquilar una furgoneta.
Desventajas: El tiempo y el cansancio acumulado.
Ventajas: transporte propio y una gran aventura. Y la oportunidad de visitar Carcassonne.
Carcassonne es, sin duda, el pueblo medieval mejor consevado que he visitado nunca. Tiene su castillo con foso, sus murallas, su catedral y, sobre todo, las casitas pequeñas y las calles estrechas. Había sitios turísticos, por supuesto, pero todos muy bien ambientados y que no rompían la estética del lugar.
En aquellos tiempos había terminado de leer "Los pilares de la Tierra" y claro, mi mente hervía imaginando aquellas calles llenas de gente del medievo, con sus intrigas y sus miedos. Por desgracia solo estabamos nosotros los turistas y algún que otro "aldeano" sin glamour histórico.
Si teneis oportunidad de visitarla no la dejeis escapar, sobre todo si puede ser para ver el espectáculo de fuegos artificiales del 14 de julio o los torneos de caballeros del 7 de julio al 26 de agosto.
Tras el viaje y la llegada a Toulouse descansamos un poco y cenamos en una plaza cercana al hotel. En esta primera cena de restaurante en Francia descubrimos varias cosas: la primera fue uno de los platos típicos de la zona, la "cassoulet", consistente en una fabada con nombre francés[2].
La segunda fue el orden estricto en el que se sirven los platos: todos los primeros se sirven a la vez y todos los segundo se sirven a la vez. Esto es un fastidio cuando hay gente que solo pide segundo y ha de esperar, paciente, hambrienta y cada vez más irracional, a que los demás acaben su primer plato.
La tercera fue la existencia del "entreplato". Te suelen poner algo entre cada plato principal para "reiniciar" el sistema de sabores y que no se mezclen. Pero que rematadamente finos que son estos franceses.
La última, y no por ello la menos importante, fue el montante económico de la operación. Cada comida podía costar unos 20 - 25€ en sitios normalitos[3]. Se nota el nivel de vida que gastan.
Durante los dos días siguientes fue la reunión de grupo. Mucha ciencia y mucho inglés. Los ratos libres que nos quedaban los dedicabamos a hacer turismo por la ciudad y visitar sus monumentos.
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| Si avanzamos por la bóveda románica pasaremos, de repente, a encontrarnos en una catedral gótica, con sus esbeltas columnas, rosetones de colores y blancas paredes. Por supuesto no hace falta comentar la cantidad de detalles barrocos y rococós que había por todos los lados. Vamos, que la pobre catedral está más parcheada que el Windows XP, pero aún así nos gustó y la visitamos con la impresión de que ya queda poco para la actualización IKEA del nuevo siglo. |
Basílica de San Sernín. Estamos ante la segunda basílica románica más antigua de toda Francia. Se construyó en el siglo XII, pero desde entonces se han producido varios añadidos (de nuevo los Toudelanos[4] y su manía de parchear edificios románicos). El más interesante, el campanario octogonal que podemos disfrutar en la foto. |
También supimos que por la zona, además de francés, se habla occitano. Todas los carteles y referencias tenían su texto correspondiente en occitano, y la verdad es que desconozco hasta que nivel lo habla la población, pero tengo la impresión de que cada vez lo hacen menos en las zonas urbanas.
Otra de las cosas típicas de la zona son las violetas[5]. Si, esas florecillas tan afamadas en perfumería y que los touledanos utilizan para casi todo. Destacar los caramelos, la repostería y los licores, un sabor diferente con un color extraño.
Por desgracia todo lo bueno acaba y el día 5 de mayo regresamos a Barcelona por carretera. Tras una larga espera con retraso incluido en el aeropuerto y algunas fotos al coche de formula 1 de Renault que exponían (quiero uno, así que ya sabeis que regalarme), tomamos el avión hacia Tenerife. Ahora solo quedaba preguntarse ¿a donde nos llevará la ciencia la próxima vez?
11-13 de Octubre 2005, Toulouse
| Aunque la abadía de San Sernín alberga la torre octogonal más famosa de la ciudad, en esta ocasión encontré otros edificios que compartían la misma estructura. El acólito más destacados se encuentran en el Couvent des Jacobins. Esta edificación románica cuenta con (que extraño) varios añadidos posteriores, como el claustro o la propia torre. Además alberga (o eso dicen) los restos de Santo Tomás de Aquino. |
El segundo punto de interés se encuentra en el Musée des Augustins. En esta ocasión la torre es baja y sólo la planta octogonal le confiere un toque especial. Lo más interesante del edificio está en su interior, ya que este antiguo convento guarda la mayor colección de arte de la ciudad. Por cuestiones de horarios no tuve tiempo de visitar el museo, así que lo dejaremos como tareas pendientes para la siguiente versión de Toulouse. |
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| Por último aconsejaros que deis un paseo por las calles del centro, la mayor parte de ellas peatonales y llenas de comercios, restaurantes y placitas con encanto, como la place Salengro (izquierda), la place Saint-Georges o la place Wilson (derecha). Sin duda un buen lugar para disfrutar de una soleada tarde de jueves tras una dura mañana de trabajo y para cargar pilas antes de las 3 horas y media en tren que me separan de Marsella. ¡Hasta la próxima reunión, Toulouse! | |
[1] La idea de este blog es ser entretenido, así que mejor dejaremos los tecnicismos de mi trabajo para otro momento. Ya podeis respirar tranquilos, viajeros.
[2] La única diferencia con la fabulosa fabada era su alarmante falta de agua. Esto hacía la "cassoulet" tan densa que ni siquiera el hambre podía escapar de su superficie. Si antes tenía alguna duda, ahora se que comen los astronautas.
[3] Sin embargo esto no es muy preocupante cuando el viaje es de trabajo y te pagan desplazamiento, alojamiento y un fijo en dietas. Así da gusto ir a trabajar a sitios con encanto.
[4] Dícese del habitante de la ciudad de Toulouse o alrededores. No confundir con los toledanos, que son de Tolous (sur de Namibia), ni con los tudelanos, que son de Tudela (norte de España).
[5] En esta momento quiero hacer un homenaje a todas las mujeres del mundo. Ellas son capaces de ver el violeta, el lila, el lavanda, el malva y el púrpura mientras que yo, como hombre, condensa todos esos tonos en uno solo: el morado.
[1b] Y, de nuevo, por causas de trabajo: en esta ocasión la XI reunión de MASSIV, tras haber sido la X en Marsella y la IX en Bolonia. ¿Qué nos deparará el futuro? Permaneced atentos.
[2b] Mi cámara actual es mejor que la de entonces, los encuadres mucho más profesionales y, en lugar de un día nublado y gris, ahora un cielo azul claro adorna las instantáneas.
[3b] Pero, a pesar de ello, Toulouse es conocida como “la ville rose”, la ciudad rosa, por sus construcciones de ladrillo a la luz del atardecer.
[4b] Como toda buena región histórica que se precie, Occitania cuenta con movimientos independentistas. Me pregunto en que basarían la mayoría de estos partidos su política si lograran su objetivo, ya que sobre educación, sanidad, empleo o investigación no suelen decir nada, sólo que “por nuestra cuenta todo sería mejor”. A lo mejor es que, simplemente, no tienen nada que decir.